martes, 14 de julio de 2009

jueves, 9 de julio de 2009

Una antología sin fronteras. Bernardo Ruiz

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Me vuelvo por encima del hombro y veo el paisaje de la Ciudad Universitaria desde el Salón 008 de la Facultad de Filosofía y Letras; no me asombra caer en la cuenta que, si intento recorrer con la vista a mis compañeros de clase muchos de sus rostros estén desdibujados; no me asombra, tampoco, mirar rostros que ya no son parte de esta vida. La escena corresponde a 1971. Entre las numerosas muchachas del grupo está Susana Arroyo, la distinguen su sonrisa y sus ojos grandes y oscuros. Ella es de las que no escriben, de las que leen, conforme a la clasificación que hacíamos entonces los del grupo 20 de primer ingreso a Letras.
Al paso del tiempo Susana es la única colega de aquel salón a quien frecuento; no importa que ahora viva en Australia, un país, un continente que me atrajo con fascinación. Con el correr de los años, ahora compartimos además del placer de la lectura, la escritura y el goce de la edición. Tenemos actividades coincidentes; mas ella habita en Australia y, por mi parte, sospecho que moriré soñando con esos vastos desiertos y aquellos cielos boreales desconocidos. Paradojas del destino.
Hoy, Susana es una de las dos antologadoras y una de las prologuistas de Voces con vida, una vasta antología donde 95 autores muestran en 108 cuentos breves su visión del mundo. Fueron seleccionados entre 1,443 textos. Susana Arroyo-Furphy organizó esta colección que refleja el sentir de los hispanohablantes de diversos puntos del mapamundi. Tarea monumental, imposible hace unos años, que es un reflejo de cómo la creatividad es una pasión sin límite y sin fronteras con el apoyo ahora de la tecnología a nuestro alcance.