Me he acostumbrado
Me he acostumbrado a despertar con las caras coloridas de las cortinas del
cuarto de Ivy y a recibir las frecuentes visitas de Itto en la cama.
Me he acostumbrado a la vida que han forjado juntas y a vivirla con las dos con
alegría, con la sonrisa de Ivy, en concierto con su hermosa cara; y con los
ojos de Tania donde se contempla el mar y el cielo.
Me he acostumbrado a la cotidianidad de Barcelona, los paseos de Itto, las
tardes, los almuerzo y la espera a Tania del trabajo, siempre alegre, siempre
entera y valiente.
Me he acostumbrado a vivir con la energía que emana de la fortaleza que han
creado juntas, a sentirme parte de una alianza indisoluble.
Me he acostumbrado a llevar a Ivy a la uni, recogerla, verla sonreír, haciendo
planes, mirando su móvil como si en ello mirara el futuro.
Me he acostumbrado y la costumbre se ha hecho fuerza, virtud, llano despejado, cielo
limpio, entrega.
Las quiero imaginar siempre así, hijas mías, siempre unidas y contentas,
cantando y contado el tiempo, mirando juntas la tele, leyendo, caminando,
disfrutando de la vida en una Barcelona que de alguna manera es también mía.
No puedo desacostumbrarme, me costará trabajo.
Escribo desde el avión a Estambul. Ya quiero estar de nuevo viviendo los
dias y las tardes y las noches con mis dos bellezas… y con Itto.
Las amo,
Ana
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